26 enero 2009

Cosas que te pasan si estás muerto

Está confirmado: los Prats escucha tendrán su versión en vivo. Sesiones Prats, Prats escucha o como quieran que se llamen. Cualquier viernes de estos, pre dancing en un bar del Nuevo Bajo. Ya les contaré. Por ahora me detendré en las cuatro horas que pasé ayer en Malba, viendo las extraordinarias historias de Llinás, que de extraordinarias tienen algo: esos momentos en la cena de los viejos del club y la lectura de sus pensamientos como así también las comidas en casa del hombre de campo y sus hijas donde cae Zeta, la historia de Lola Gallo que me pareció muy interesante, además del recurso de contar la historia tipográficamente y con la cara de Spregelburd sólo en fotos. Llinás tiene momentos. Historias extraordinarias son momentos. Y al salir de la función uno podría decir, como dice Casas sobre Aira: ¿Llinás nos cagó? No lo creo, pero seguro que se ríe desde la sala de proyección cuando aparece el remate de la Lucky Song. Me fui, comí tallarines con salsa en una casa donde la canilla del baño no dejaba de largar agua, hablé de energía renovable, de los festivales que se hacen en el mundo con esa energía, de los que se piensa hacer en la Argentina, hablé de tantas cosas hasta las dos de la mañana que no vienen al caso. Lo curioso es que al llegar a casa parece que había fiesta en algún rincón de Chacarita. Se escuchaba música. Y ni bien me quité la remera, el pantalón y me tiré en la cama, sonó Billie Jean de Michael Jackson. Empecé a reírme y abrí la ventana: quería ver de dónde venía la música y me dije que hoy debería terminar la novela.

No hay comentarios.: