31 enero 2009

Niñas

Tenían diecinueve y dieciseis. Tenían una banda. La más grande era la cantante y la pequeña, que al principio de la noche no parecía tan tan pequeña, era la pianista. Eran de esas personas al borde del freakismo que te desconciertan. Un padre italiano que sólo les había hecho escuchar música clásica. No sabían nada más. El cuarteto para violines de Mozart completo pero ni idea de lo que significaba una banda como Blondie. Algo de los Stones sabían pero de oída, tampoco demasiado. Y en un momento, dicen, se revelaron y quisieron empezar a tocar rock.
- ¿Y qué tocan? - pregunté.
Cinco minutos después, la pequeña, que decía sentirse mal porque no lograba hacer nada con su vida, responde:
- Y rasguña las piedras.
Pensé que me estaba cargando entonces dije:
- Y cierran el repertorio con Seminare, me imagino.
Cinco minutos después, la pequeña que no dejaba de mirar el techo, preguntó:
- ¿Cuál era Seminare?

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