28 noviembre 2006

Yo lo soñé

Vi las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, hambrientas histéricas desnudas,
arrastrándose por las calles de los negros al amanecer en busca de un colérico pinchazo,
hipsters con cabezas de ángel ardiendo por la antigua conexión celestial con la estrellada dínamo de la maquinaria nocturna,
que pobres y harapientos y ojerosos y drogados pasaron la noche fumando en la oscuridad sobrenatural de apartamentos de agua fría, flotando sobre las cimas de las ciudades contemplando jazz,
que desnudaron sus cerebros ante el cierlo bajo el El y vieron ángeles mahometanos tambaleándose sobre techos iluminados,
que pasaron por las universidades con radiantes ojos imperturbables alucinando Arkansas y tragedia en la luz de Blake entre los maestros de la guerra,
que fueron expulsados de las academias por locos y por publicar odas obscenas en las ventanas de la calavera,
que se acurrucaron en ropa interior en habitaciones sin afeitar, quemando su dinero en papeleras y escuchando al Terror a través del muro,
que fueron arrestados por sus barbas púbicas regresando por Laredo con un cinturón de marihuana hacia Nueva York,
que comieron fuego en hoteles de pintura o bebieron trementina en Paradise Alley, muerte, o sometieron sus torsos a un purgatorio noche tras noche, con sueños, con drogas, con pesadillas que despiertan, alcohol y verga y bailes sin fin,

(fragmento: Allen Ginsberg, "Aullido".)

20 noviembre 2006

Soy bipolar, ¿y?

Estoy tirado en el asiento del trabajo es-cri-bi-en-do-do, estoy de mal humor, estoy angustiado y deprimido, amargado porque no hay nada mejor que hacer que estar tirado, angustiado, deprimidosinsaberporqué y entonces papá me llamá para preguntarme dónde están las mejores putas de Buenos Aires y no me rió: no es gracioso, digo, y me pide entonces un bar, un restaurant que tenga onda, no sé, algo, y entonces le digo que se vaya a tal o a tal y por qué no a kim y novak, le digo, y no me entiende, lo repito (kimynovak) y no entiende; le digo que ahí va a encontrar locas y se ríe. No me entiende. Corto. Vuelvo a estar angustiado, me acuerdo de los grititos del viejo borracho de New Order (y me saca, me pone de peor humor del que estoy) y me acuerdo del solo de la guitarra del final, interminable y me río con la imagen esa cuando le sacan la guitarra y él (borracho) lo persigue al crew y no puede agarrarlo, y apagan las luces (o las encienden, que es lo mismo) para que todos nos vayamos del main stage del Personal (o Pérsonal, discusiones que no importaban la semana anterior).
Y entonces sonrío: dicen que Prats se convirtió en mudo pero lamentablemente no podrá aceptar la invitación de leer un texto (cuento, relato, angustias) el día miércoles 22 de noviembre. Pero se lo lee a Vanoli, que siempre es una grata sorpresa. Morrison dice que Allen Ginsberg, cuando presentaba "Aullido", hacía locuras. ¿Qué puede hacer Prats? ¿Qué vas a hacer vos, Prats, cuando algún día te subas a un escenario? ¿Cuando por fin te cuelgues como cuando te colgabas del IMPA? No delires, Prats, esas son cosas que hacía Ginsberg, no vos.

¿Alguien?

¿Alguien subió al tercer piso del Correo? ¿Alguien atravesó la oscuridad y unas pantallas con gente que habla de su trabajo en YPF? ¿Alguien caminó entre la oscuridad y un ambiente de fábrica, donde pareciera que uno está solo? ¿Alguien se detuvo en tres pantallas con la imagen de una edificio o una fábrica, no sé bien, pero de la que comienza a surgir un humo espeso? ¿Alguien sintió la necesidad de bailar? ¿de gritar? ¿de llorar o susurrar palabras que no tengan sentido?
Yo sí.

10 noviembre 2006

Animal Planet

Anoche, los editores de Planeta tragaban alfileres, miraban para otro lado. Si alguno de nosotros (cualquiera de nosotros) abría el catálogo de la editorial y buceaba entre los "renombrados" escritores de su fondo, el nombre del próximo premio Planeta quizás caía como caen las manzanas cuando están pasadas de maduras, podridas. Y el ganador es... Federico Andahazi. El descubridor del clítoris, el que hizo poner colorada a la señora Amalia, el que indignó a la señora Amalia, como dije, y también a Mirtha (me pongo de pie, desde luego) por su retrato ficcional en Las piadosas. El que tiene chamuyo barato en bares de extranjeros o en premios literarios varios. El que dice que escribe junto a la pileta de su casa, con una laptop, mientras el sol (de enero) no da tregua a sus ojos ni a la pantalla. Ganó Andahazi: fue el intento de Planeta por hacer transparente el Riachuelo.

06 noviembre 2006

Luces

¿Querés luces? A los primeros murmullos-robóticos de Daft Punk, el público deliró. La cancha uno del Club Ciudad de Buenos Aires, en ese piso de plástico blanco-negro, y en cada centímetro de la zona del main stage, cada-uno-de-nosotros miraba hacia el escenario como si allí fuese a proclamarse una verdad. Y explotó. Visual y sonoramente. El show de Daft Punk dejó con la boca abierta a cualquiera que pasaba, como si los extraterrestres se comunicaran, a través de ese triángulo (algunos hacían referencia a Dios, esa partícula que se volvió loca), de esa pirámide (un arco iris en forma de pirámide) psicodélica. Lo miraste, drogado o no, sacado o no, fulminado o no, pero lo miraste y miraste al público, esa masa que se movía para arriba y para abajo, esa masa uniforme que saltaba, que gritaba, que decía qué flash y que transmitía algo, quizás energía de otro mundo, de otro tiempo. Quizás. Sin duda deliré tanto tanto como cuando escuché el comienzo de Redondo Beach a cargo de Patti Smith, a pesar del micrófono que hacía falso contacto y a pesar del frío: ahí también deliré y me gustó.
Se la volvió a encontrar.
-¿Qué?- la eternidad.
Es el sol mezclado
al mar.
Rimbaud además, en el mismo libro, decía algo: "Eso ha terminado. Hoy sé saludar a la belleza".
Morrison: luche y viva.
pd. ¿Alguna vez Lautaro Vilo le errará a los colchones? Espero que no. (ref: "Los Demonios", en el Espacio Callejón. Vea y comente)