Todos alguna vez quisimos imitarlo. Todos los que nos dedicamos a esto (a este oficio que no es para cínicos) quisimos seguir sus pasos en alguna crónica, y en alguna de esas coberturas aspiramos a implementar todo aquello que delineaban sus palabras, esas ideas vertidas en libros y experiencias que conmovían, que eran a la vez una aventura y el retrato de un mundo que podía ser tan emocionante como terrible. Hoy me llega un mail: "El periodista polaco Ryszard Kapuscinski, que llevó la crónica al rango de género literario y a través de ella hizo visible infinidad de acontecimientos políticos en países del Tercer Mundo, falleció ayer a los 74 años en Varsovia. Kapuscinski, que había fijado en esa ciudad su residencia hacía algunos años -en la que continuaba escribiendo a diario-, no se recuperó de la intervención quirúrgica a la que había sido sometido el sábado pasado, a raíz del cáncer que padecía." Recuerdo lo que decía Ignacio Ramonet en junio de 2005, luego de asistir a la ceremonia donde la Universidad Ramon Llull de Barcelona nombraba a Kapuscinski doctor honoris causa: "Para los que nos dedicamos a esto del periodismo escrito, Kapuscinski resulta un indiscutible maestro. Más: un modelo. Ante todo porque sus reportajes nos recuerdan siempre que, en la base de este oficio imposible, está la escritura, la calidad del estilo, la creatividad narrativa. Lo que nos seduce en sus textos -hoy reunidos en libros como La guerra del fútbol, Emperador, Sha, Imperio, Ébano o la antología con los pensamientos de Kapuscinski que se titula: El mundo de hoy.- es esa capacidad suya a dar a entender al lector toda una complicada situación política, en un país lejano, mediante la descripción de sus experiencias personales, en situaciones casi banales. Su capacidad de sugerencia es tal que escenas que no parecen tener una relación directa con la problemática política acaban siendo mucho más útiles al lector porque le ayudan a comprender la atmósfera de una crisis." En esa oportunidad, el decano Miquel Tresseras recordó que el periodista polaco había cubierto «veintisiete revoluciones en una docena de países». Quizá otros reporteros lo hayan hecho también, pero lo que se puede afirmar es que sólo Ryszard Kapuscinski ha elevado el reportaje a la categoría de obra de arte.
También fue en junio de 2005. Recuerdo que fue un sábado en el que yo no tenía por qué estar en la redacción, pero estaba. Y allí me entero de que había muerto otro maestro: el escritor Juan José Saer. Ansiaba poder conocerlo. A medida que hablábamos con nuestra corresponsal en París recordaba cada uno de sus libros que había leído. Aquel día tuve que formar parte de la producción de esa nota. En mis ojos no se veían lágrimas, pero ellas estaban ahí, invisibles. Y agradecí poder formar parte de esos pocos que intentaban explicar quién había sido Saer. Ese era mi homenaje.
Como todos estos días en que estoy de vacaciones, hoy no iba a leer los diarios. No tenía intenciones de enterarme de nada porque a veces uno necesita dejar de lado esa actualidad (con la que vivimos cada día como forma de presión) para reencontrarme. Y sin embargo abrí los mails. Y sin embargo leí los diarios. Ansiaba también, en algún viaje o seminario, poder conocerlo personalmente. Hoy no me toca estar en la redacción pero éste, de algún modo, es mi homenaje. No veo lágrimas, pero están.
11 comentarios:
Esto va a sonar gracioso pero aprovecho para llorar por Jean Pierre Vernant, el sábado leyendo el suplemento cultural he sabido que murió.
Y Saer... claro.
Me viene a la mente J. Derrida, que es alguien que escribió para los funerales de todos sus amigos (hablamos de Levinas, Barthes, Louis Althusser).
Y aquí Pratsi, a lo Derrida en este sentido, poniendo la voz por quien ya no la tiene. Pero esas voces que callan no pueden callarse, y eso es lo emocionante, que hay un eco de ellos que se despliega en el mundo y que nunca se replegará: sus libros, sus comentarios, sus miradas, sus maneras de decir y de mirar son ese intertexto que otra voz, la nuestra, puede interpretar.
La gran deuda para con ellos: el texto de ellos que es intertexto nuestro.
"Aquellos a quienes amamos,los poetas y los pintores y los escritores de la generación anterior, ocupan en nuestro ánimo el lugar de los padres..."
P. P. Pasolini (por él hay que llorar también, y tanto).
Oh dae-su.
granos de pimienta.
(perdón q no ponga nada de tu post tan emotivo, es q me acordé de eso)
tan emotivo para seres q compartimos este oficio.
aunq no me guste la crítica. no me gusta hacerla. en fin. algunos nacimos para ángeles.
besos!
Oh: comparto cada una de sus palabras. Muchas gracias por iluminar el camino de la ola.
Ju: usted nació para ser ángel. Ninguna duda. Y yo pensaría la crítica como una manera de conocer.
Ahora lo exhorto yo a ud: si es el verdadero Agustín Prats, consígame dos entradas para Coldplay por favor (aun no puedo creer que no saqué esas entrdas). Sólo acepto ubicaciones en las tres primeras filas. Y después quiero ir a cenar con los chicos de la banda. Si quiere, ud. puede venir asi les hace algunas preguntitas.
Espero lo solicitado en mi buzón.
Saludos.
Oh Dae (la única).
Ah: este domingo iré a esa terracita, me enfrentaré a la mafia sucia y tercermundista, si no logro entrar... ahí no le quedarán dudas de que la que habla es la gran Oh dae-su, en tal caso corra, Pratsi, corra rápido.
(Llevaré la daga, ja).
Oh: No vaya el domingo porque la función en la terracita cambió para el sábado. Me lo acaba de decir Celeste. No sé cómo hará para agradecerme el hecho de salvarla de comerse un bajón tremendo de domingo por la tarde. Agradezco Oh. Y con respecto a Coldplay, olvide la posibilidad de entradas para el show. Lo que podría resolver es ingresar al show íntimo que brindarán en el Faena. Pero como eso no es lo que usted desea, no podré ayudarla.
Ayyyy!! Sí, sí, lo deseo, me vendo a Alan y al menemismo, consígame y seré su groupie, ay, pero qué digo! Dios, alguien habla por mi. No seré su gruopie pero volveré a mi sitio en el gabinete Onto. Por fi, por fi!
Y el sábado, a qué hora es la función, 20:30?
jajajaja
Creo que se abren las puertas a las 20.
Dado que estuve ausente por vacaciones, me enteré un poco tarde de la noticia.
Que tristeza lo de Kapu.....
me gustaba mucho el emperador
me acuerdo de una nota que hice en la facultad al estilo de él (un intento de, bah) utilizando lo que decían los ancianos que vivían en un geriátrico
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