15 enero 2007

Sólo luz


A Raúl Carnota no le interesaba aparentar nada. Aquella tarde, en su alargado departamento de la avenida Caseros, Carnota escuchaba un tema de Gwen Stefani (ex cantante del grupo No Doubt) con el dial clavado en la radio Kabul (FM 107.9). Caminaba desarticulado, con su largo pelo de vikingo y su rostro de aires piazzolianos hasta la cocina.
Ayer (domingo) escuchaba Sólo luz, el último tema del disco Lumbre (gran tema, gran versión, gran disco), de Mariana Baraj, que pertenece a Raúl, y me acordé de la charla que tuvimos ese día.

Siempre te preguntan sobre el folclore, si te sentís folclorista o no.
Ser folclorista es como ser rockero o tanguero. Yo no soy ni folclorista, ni rockero, ni tanguero, ni jazzero. A mí me gusta la música: me gusta toda la música. Además, acá se cree que folclore es la música del campo, y no es así. Porque la otra música también es folclore, pero esa se llama tango, milonga o candombe. No sé muy bien cómo será eso de ser folclorista, porque yo no soy folclorista entonces no te puedo decir. Pero me parece más una limitación que una amplitud.

¿Necesitás arriesgarte en cada proceso en el que te embarcas?
No lo necesito, creo que es inherente a ser artista.

Hay gente que no arriesga nada.
Hay gente que no arriesga nada porque están en el negocio del espectáculo pero no son artistas. Muchas veces se confunde el negocio del espectáculo o el negocio del arte con el arte. El arte es trabajar sin pensar, incluso sin saber si les va a gustar o no, si te van a tirar naranjas o te van a aplaudir. Vos no sabés nada cuando lo hacés, y tampoco tenés que frenarte de hacer cosas por ser rechazado. Lo que pasa es que ahora todo se hace con marketing. Dios es el dinero, entonces todos creen nada más que en ese Dios: son monoteístas. Y yo creo en otra cosa. Ojo, uso el dinero para vivir. Sería maravilloso que a mí me pasara como le pasa a Peter Gabriel o a Sting, que sin sacrificar nada son populares. Bueno, a mí me encantaría que me sucediera algo así, pero no estoy para nada dispuesto a negociar nada. Me encantaría que sucediera, pero por eso no sacrificaría lo que yo opino o lo que yo hago. Ni lo voy a cambiar, ni nada. Esa es mi postura y no quiero decir que todo el mundo tendría que tener mi postura, es la mía. Y a nadie le tengo que hacer ningún reclamo. Yo soy exigente conmigo, el resto que haga lo que quiera. Cada uno es responsable de sí mismo. Como hombre, como artista, como integrante de una sociedad, como todo. Cada uno tiene un rol.

El tema sería que no te caguen los otros, porque de alguna manera pueden hacerlo.
¿Y cómo me pueden cagar a mí? Con las regalías. Toda la vida me cagaron con las regalías. Y más cuando estuve en las multinacionales. Incluso con las discográficas argentinas me cagaron. Pero ellos se dedican a eso, de eso viven: cagan a la gente. Yo vivo de lo que hago. Es lo mismo que los que salen a robar: salen a robar porque no tienen. Entonces que a mí me roben un tema puede ser, pero me lo va a robar un tipo que no es capaz de hacerlo.

7 comentarios:

Julia dijo...

ídolo carnota!!!!!
q grande! bueno, ya mismo pongo Reciclón, el disco q tengo acá en casa como un agradecimiento a su música y a su lucidez.
un honor haber hablado con él, no?
besos grande, prats!

ERLAN dijo...

La verdad es que sí, Carnota es un fenómeno. Un tipo muy lúcido. Y para mí, sí, fue un honor. Si le gusta el jazz, J, le recomiendo el show de John Scofield, el sábado en el Coliseo. Tengo que hacer efectiva la sección: Prats recomienda. Ni hablar. Y como diría Doris: ¡él lo recomienda!

Old Girl dijo...

Lo único que le digo Prats, es que el sábado la palabra groupies llegó muy lejos, y en cursiva (resaltada). Qué verguenza Pratsi, valerse de sus contactos en pos de su propio poderío.
El gabinete onto-teleoleoleoleológico desaprueba su accionar(pronto recibirá una sanción grave, gravísima). y deje de recomendar películas en terrazas que tienen 8 sillas, hasta si se llega temprano lo dejan a uno afuera y le dicen: esto es exclusivo para las groupies de A. Prats.
Verguenza, Prats, verguenza.

Julia dijo...

ja
y bueno, old girl, si hubieras sido groupie de prats hubieras entrado a la terraza. creo q pertenecer tiene sus beneficios.

L. dijo...

Las películas esas se proyectan en la ya famosa terraza de nuestro divino Prats? si es así, mal eso de no dejarla entrar a Old.
Y gracias por comentarme, su presencia fue como un bálsamo en el medio del desierto de Enero.

ERLAN dijo...

No fue en cursiva, Old, fue en bastardillas.
Y las ocho sillas no son culpa mía. El problema del espacio, es un verdadero problema.
Lu: No se trata de "mi" terraza, es la terraza de otros. Yo sólo tengo balcón, pero sólo está viniendo Janis.
Pare de ofenderse, Old.

Anónimo dijo...

Me imaginé. Pero como se habla de elitismo y no pasan el dato del lugar preciso, quise metaforizar de esa manera.