09 junio 2007

Sólo tres

Hoy me desperté temprano (¿a las diez es temprano?) me hice café, leí algunos capítulos de Open Door, buena novela de Iosi, y me senté en mi mesa de bar, en el living de mi casa, a comer vainillas y pensar en el caso Dalmasso (qué lindo cuento podría escribir con ese caso), con las repercusiones de ciertas palabras (No le vas a pegar a él, me dijo María M. el martes pasado en un bar de la avenida Corrientes y yo le hice ojitos, le sonreí: te juro que no le pegué, María) y con la anécdota de un amigo, que me la contó anoche en Navegando o El Navegante, nunca me acuerdo cómo es el nombre del bodegón (de paso: otra vez me la encuentro a Lola A. y me dice que se olvidó su celular en Estados Unidos) sobre sus tríos que no son, sobre sus noches de sexo que tampoco son. Yo lo miro y no puedo creer. El problema es que se duerme. Piensa demasiado. No tenés que pensar, le digo. Una vez aprendí algo muy importante, que creo que lo debería saber más gente: cuando se da la posibilidad de un ménage à trois los participantes de esa ceremonia deben preocuparse, no por sentir placer sino por darlo.

2 comentarios:

Franky Four Fingers dijo...

Adhiero. La sola posibilidad de un trío, verla venir digamos, debería generar en los posibles participantes cierta sensación de "obligatoriedad". Un compromiso con la aventura. Si uno es consciente de que se va a dar, que realmente está la posibilidad de concretar una de las fantasías más comunes, populares y menos concretadas...jamás debería negarse.
pd.veo que l gusto mucho la novela Iosi, no deja de mencionarla.

ERLAN dijo...

Fanático de Lost: Debería comentar más seguido. Ya tuvo un encontronazo con Daniel Craig y salió ileso. Ahora estas reflexiones sobre los tríos. Me gustó la novela de Iosi. La verdad es que sí. No voy a decir que fue una sorpresa (como dijo Sarlo) pero sí, como digo arriba, es que me resultó una novela al parecer clásica pero que ciertas ideas que son deformes.