01 septiembre 2006

Entrevista de archivo: Spinetta, Charly y Nebbia por Páez


Fito Páez almorzaba (bife con papas fritas) en su departamento de la avenida del Libertador. Tres de la tarde en el living de su casa, junto a un piano cola.
Dato: el martes y miércoles (5 y 6 de agosto) Spinetta presenta su último disco “Pan” en La Trastienda Club.

Los últimos discos de Luis Alberto Spinetta o de Charly García, ¿llegan a tener valor como Obra?

Podemos decir que no tienen el clamor popular. Si decimos que sus últimas obras no tienen la solidez artística, yo a eso no lo comparto. Me da la sensación de que Spinetta, Charly y Nebbia, han elaborado un lenguaje complejo dentro de la música popular, como lo han elaborado Chico Buarque, o el Cuchi Leguizamón, Cobián y Cadícamo, los Hermanos Expósito, Gardel, Chabuca Granda, Parra. Son músicas que hoy no tienen un gran público en ningún lugar del mundo. Cada uno que nombramos es una gran obra muy compleja. Y específicamente García, Spinetta y Nebbia, además tienen sus épocas. Momentos en que se metieron con tal o cual forma. Y hablando específicamente de Spinetta, él inventa una forma armónica que no existe y que no se parece a nada. Claro, entonces si venís con el sonido de la época y te suena un Spinetta entonces decís: ¿y esto qué es? Pero ahí está uno de los faros de la modernidad, de la vanguardia popular argentina, sin lugar a dudas. Lo mismo con Charly, y lo mismo con Nebbia. Sí, estoy de acuerdo, que son autores, como podemos ser Andrés, Cerati y yo. Si bien somos bastante más jóvenes que ellos y que nuestra música no está en un momento de pico de popularidad. Pero también veo que ese proceso está dentro de otro proceso que es el del país cayéndose a pedazos. Tampoco vamos a ser tan bestias y vamos a resumir todo así. Pero sí, hay algo de eso.

¿Se puede ser crítico con ellos? Puedo poner como ejemplo el libro de García Márquez (“Memorias de mis putas tristes”) que salió hace un tiempo y al cual nadie salió a criticarlo con firmeza. Nadie criticó duramente y con fundamentos la obra de un escritor como él.

Creo que eso es un error. Porque, digamos, la crítica es fundamental. La crítica tiene que ayudarte a pensar. Te ayuda a ver algo que vos no viste. La crítica acompaña la obra. No creo en la crítica científica, es decir en la observación de un fenómeno... Porque eso está ahí y vos estás acá con tus ideas. También creo que es difícil pedirle a un diario que va todos los días, pedirle una crítica sobre una obra que a lo mejor te lleva muchos años, porque no tenés espacio. Creo que la crítica se tiene que desarrollar en otros ámbitos. La crítica de alguien necesita tiempo, espacio y dedicación. La crítica es un brazo de la obra de arte, te diría, casi forma parte de la obra.

Creo que también falta una visión crítica por parte del público. En muchísimas presentaciones de Charly, él y su banda no suenan bien, canta mal, y el público lo ovaciona por eso. Ahí se pierda algo.

Pero también hay algo que la crítica ha observado poco en Charly. Ahora estoy escribiendo un ensayito sobre él que lo tengo casi terminado. Donde toda esa desprolijidad es parte de su arte. Es parte de su forma de expresarse al mundo en un momento determinado. Como en otra época, en otro tiempo y hasta en otro género, pudo haber sido la invención del be bop en los Estados Unidos. Hay algo que los tipos rompen: rompen las formas. Entonces las escalas son diferentes, y ahí aparecen Coltrane y aparece Parker. Y ya las frases parecen estar sacadas de Debussy o de Ravel o se tocan con dodecafonismo. Es una nueva forma que aparece, que es delirante y a muchos no los conmueve, no les pasa nada mientras que otros paran la oreja. Entonces creo que toda esa forma desprolija en Charly tiene que ver con una muy fuerte expresión. Él está queriendo contar algo con eso. Y a mí me lo contó. Yo lo disfruto. Me gusta ver la mirada de él en el escenario. Ni siquiera cuando mete los acordes. Cuando llega con los ojitos finitos y esa cara de maldad, es que algo está pasando por ahí, y a la vez lo veo metido en la Argentina, veo que está enojado con la Argentina, y a la vez veo que los acordes siguen funcionando mejor que todos los acordes que pusimos nosotros en los 20 años que le siguieron a “Yendo de la cama al living”. Veo un montón de cosas allí. Me tomé casi un año para escribir ese ensayo que no es muy largo. Para terminar: creo que la crítica no estuvo a la altura de la obra de García, de Spinetta y de Nebbia como nexos importantes dentro de la música popular contemporánea argentina. Que no han sido observados aún, ni disecados, a la altura de sus obras. Entonces me parece que ahí se produce un gran desencuentro de fuerzas, donde las cosas se corren mucho de lugar, y donde ya no sabemos quién es Lito Nebbia. Pensamos en Charly como un falopero. Y de Spinetta como un ermitaño. También veo que los tipos están grandes y que han decidido dejar que los otros sigan con sus payasadas y ellos con la música, siempre aportando algo, acercando ideas.

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