Son las cinco de la mañana y la puerta de mi balcón se zafa por el viento y pareciera que todo se rompe, que todo se cae. Afuera, la silla y la mesa comienzan a moverse: en cualquier momento se vuelan. Cierro la puerta con fuerza, pero el viento parece un muerto vivo que quiere entrar. Llego hasta la ventana de baño, me subo a la bañera y observo el cielo: mientras el horizonte está despejado, sobre mi edificio está negro. Buena foto. Me pregunto si será un huracán. Escucho que alguien del edificio grita. La chica del octavo también se acerca a la ventana para ver: todavía no llueve, pero dos minutos después el agua pega en la nuca con violencia y mi habitación comienza a inundarse y agarro el trapo, el balde. Comienzo a secar el piso. Cuando me acuesto pienso en que este post se podría titular lunes por la madrugada. Así termina.
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3 comentarios:
que miedito de verdad.
parecía q se volaba todo, hasta nosotros mismos....yo desperté a las 5 de la mañana a descolgar la ropa del lavadero...
miedos climáticos....no puedo entender como después la tarde se iluminó...
habrá sido el aura de Cristina?
Pocas cosas tan maravillosas como la tormenta vista desde la pequeña ventana de su baño, Prats.
Nunca un titulo mejor...
Vine un poco hacia atras a seguir leyendo, lo que me habia perdido cuando (no se porque) deje de venir.
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