11 agosto 2012

La reina del pop


La mesa funciona de vitrina y exhibe revistas y primeras ediciones de libros que documentaron en los sesenta los sacudones de los happenings (de Massotta a Lebel) que irrumpieron en el arte de esos años. Hacia ella se acerca la indiscutida reina del pop: Marta Minujín. Todavía falta media hora para que comience en Proa la visita guiada por la exposición sobre el pop entre Brasil y Argentina y el curador, Rodrigo Alonso, baja a recibirla en la biblioteca del espacio. Minujín acerca sus anteojos negros al vidrio. Observa la foto desteñida. Y de ese modo comienza un ejercicio de memoria. Porque la muestra es justamente un viaje al pasado, un túnel en el que conviven universos paralelos. Así se traza la charla, el recorrido, la procesión de casi ciento veinte personas, sazonadas con el miedo de Rodrigo Alonso de que nadie se lleve puesta las obras: ni el póster de Roberto Jacoby (“Un guerrillero no muere para que se lo cuelgue en la pared”) ni el avión de León Ferrari (“Civilización occidental y cristiana”). Porque la multitud no quiere perderse los detalles. Quiere ver, asentir ante cada una de las palabras que dice Alonso y sus explicaciones sobre el montaje de la exposición y de un proyecto curatorial que traza tensiones entre artistas, tópicos y estéticas. Entre fanáticos que la filman y le sacan fotos, Minujín es la voz resacosa que atravesó la fiesta del happening y explica que lo interesante de la década del 60 es que todo pasaba rápido: se introduce el video arte, el arte conceptual y el minimal art. “Había artistas que en una sala pusieron un punto y llegaron a vender el punto”, dice y se escuchan risas. “Es verdad”, confirma Minujín y explica: “Todo era nuevo. El problema es que hoy parece que todas las puertas están abiertas y cualquier cosa es posible: antes se armaba un gran escándalo por exponer conejos o moscas, exponer un punto o palabras”. Entonces, se le pregunta, ¿cómo se puede provocar hoy en el arte? “Abriendo otras puertas”, dice Minujín a uno de los asistentes. ¿Y cómo se hace? “Eso lo tienen que hacer los artistas de esta generación”. ¿Y cómo ve a los artistas de esta generación? “Y… mucho no abren. Podrían abrir más. Pero eso lo hizo la tecnología. Fue mucho más adelante que el arte. Que todo el mundo esté navegando en Internet: ese es el arte. Más que las obras en sí mismas. Las obras quedan chicas. La tecnología en este momento avanzó tanto que superó cualquier expectativa.”

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