Cierto día de principios de septiembre, en 1967, el año de la primera Marcha sobre el Pentágono, el teléfono sonó por la mañana y Norman Mailer, siguiendo su principio de los juegos tácticos de guerra y del juego de azar, descolgó el auricular. Aquel gesto no era habitual en él. Como la mayoría de quienes tienen los nervios lo bastante sensibles como para mantenerlos bien revestidos de carne, detestaba el teléfono.
(Norman Mailer, 1923-2007)
3 comentarios:
Prats, ¡basta de homenajes a los muertos! ¿Es que los vivos no le dan letra?
Quedamos pocos de los buenos.
realmente me gusta mucho su peinado...
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