Están sentados a una de las mesas de Piola, en Libertad y Santa Fe. El podría tener 60 años, ella 56. La música electrónica en un tum tum repetitivo y me digo que podrían poner otra música y lo veo al dj y lo veo sacar y poner discos, uno peor que el otro, pero a ellos les gusta y a mí me gustan los gnoccis al ragú que hacen aquí así que aquí estoy, junto a la pareja de viejos que quieren tener onda. El es divorciado, ella seguramente también; el es contador (es más, es su contador), ella quiere vivir de rentas y, quizás, si algún día puede, tener una estancia en el sur, porque tenemos que comprar tierras en el sur, dice, porque si no la compramos nosotros vienen de Estados Unidos o vienen de Europa y compran todo, dice.
- Y compran porque se quieren llevar el agua - dice ella.
- ¿Agua?- el viejo pone cara de no-entiendo-nada mientras mastica con la boca abierta el pedazo de pizza que acaba de cortar.
- Y compran porque se quieren llevar el agua - dice ella.
- ¿Agua?- el viejo pone cara de no-entiendo-nada mientras mastica con la boca abierta el pedazo de pizza que acaba de cortar.
- Sí, agua. - dice ella - Después la venderán como agua mineral, no sé.
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