24 noviembre 2008

síntomas

Parece no tener que hacer en la vida más que escribir. Vivir para escribir. No es el resultado de un contrato, como efectivamente podría ser, ya que ha habido algún ofrecimiento rechazado. Es el fruto de una decisión vital fuera de época. Una consagración laica o hasta profana pero profundamente espiritual. La escritura, dice esta nota, es un síntoma y no un ejercicio diplomado.