29 marzo 2007

La belleza

Daniel Melero dice.
(una charla inédita que, no sé por qué, nunca se publicó. Departamento enorme de la avenida del Libertador. Jueves, tres de la tarde. En una habitación junto al living, el lugar donde mezclaba Melero. Una computadora enorme, perillas, equipos, tecnología. Me introdujo en un universo virtual absolutamente extraño y nuevo. Cómo hablaba: entre su maremoto de frases, sensaciones, ideas, conceptos, divagaciones espirituales, profética y filosóficas, Melero decía cosas interesantes. Releo y encuentro esto.)
"Diferencio mucho lo bello y lo lindo. Lo lindo y lo feo están del mismo lado, son graduaciones de un mismo criterio de mirar. El otro criterio de mirar es mirar lo bello y lo horripilante. O lo horrendo. Eso está del otro lado. Porque es como si te dijera: creo que Valeria Mazza es linda. Pero Rosi De Palma es bella. La belleza no tiene que ver necesariamente con la simetría. Lo lindo y lo feo tienen que ver con mecanismos de simetrías aceptadas o no, pero siempre simetrías. Lo bello y lo horripilante no son necesariamente simétricos y a mí me atrae lo no simétrico. Me parece mucho más desafiante para el espíritu. La belleza tiene que ver con una expectativa superada. Lo lindo es el equilibrio esperable. La belleza es desequilibrada. La naturaleza tiende a ser bella porque es irregular y es desequilibrada, y es caótica. Yo no sé a quién se le pudo ocurrir alguna vez esa idea de que hay equilibrio. Es clarísimo que en la moral de la naturaleza no está el equilibrio. En la moral de la naturaleza, el desequilibrio humano, aunque nos afecte mucho a nosotros y a todos lo que hoy conocemos, puede ser algo de paso. En una época, en el planeta tierra no había oxígeno y cuando empezó a haber oxígeno se extinguieron todas las especies que existían por el drama de que empezó a haber oxígeno. Y desequilibró todo. Y ahora creemos que el equilibrio es oxigenado."
(c) ysimenieganelblog

27 marzo 2007

Love will tear us apart

La original de Joy Division.



Y la de Nouvelle Vague.

Prats escucha

Qué escuchamos: Israel Kamakawiwo' Olé.

No sabía que tenía ganas de escuchar esta canción hasta que la escuché. A veces pasa. Ya que está, musicaliza un poco la lectura de los textos. Mañana posteo Love will tear us apart, de Joy Divison. Tampoco es cuestión de estar tan felices.

Maga

Ahora escucho una versión acústica de Clocks. Coldplay, sí, pero es la única música que tengo en la casa de mi viejos, el único lugar (aparte de mi trabajo) donde tengo internet. Prefiero escribir aquí antes que en un locutorio. También escucho In my place. Recibo un mensaje de texto. Es Maga. Una amiga que es linda, abogada, filósofa, cineasta, bipolar, y que ahora vive en Mar del Plata. A ella le pedí que me buscara, en la ciudad, elementos sobre el caso de El loco de la ruta. Dice: "Estuve intentando averigüar un poco pero me encontré con demasiado silencio". Escribo un cuento sobre el caso para una antología de Mondadori. Al nombre de la colección, la gente de marketing de la editorial querían ponerle "chill out". Imposible. No entienden nada. Literatura erótica y casos policiales en una colección con ese nombre. Igual parece que no se llamará así. Tampoco si mi cuento va a quedar. No me interesa demasiado. Me corrí un poco de la consigna, pero sigo. Un amigo que nació en Mar del Plata y ahora vive acá hablará con el padre que es abogado. Me va a dar un panorama de la situación. A mi amiga le digo Maga. Siempre la llamé así. Nacimos el mismo día del mismo año. Y la conocí en una fiesta de un amigo del colegio, la noche del 30 de diciembre de 2005. Después de la fiesta fuimos al Británico, ella vivía a una cuadra. Desayunamos. Después la acompañé hasta su casa: en las paredes tenía frases de Groucho Marx.

22 marzo 2007

Las chicas de las bombachas rosas

Os Mutantes cantan esa canción y mi chica, la que ahora baila sobre el colchón de mi departamento, la canta en portugués porque ella sabe portugués y cada vez que dice una frase me mira sin reírse. En el estribillo cierra los ojos y comienza a tocar su cuerpo como si hiciera falta. Puedo imaginarme a Rita Lee cuando era joven y no una viejita simpática que canta Los Beatles y se desviste, con la merca que dibuja figuras en su mejilla y baila, como si fuera la última vez que pudiera bailar sobre una cama, mi chica, la chica Lee, la chica de las bombachas rosas, piernas que no dejan de moverse, me mira y se acerca. El whisky sin hielo, sin vaso, de la botella. La luz entornada y el sonido del siguiente tema. Una guitarra acústica, una frase que menciona a El Justiciero. Y le digo que me encanta ese universo simple: chicas de bombachas rosas, piernas parecidas a las de Rita Lee y merca como dibujos o dibujada en las mejillas que ahora beso y dejo de besar para salir a la calle sin que haga falta ningún comentario interesante. Ella silba la canción. Y el whisky se termina.
No me hace falta nada. Quiero dormir.
(marzo, 2007)

20 marzo 2007

Prats

Hoy me llevé una triste sorpresa cuando ingresé al blog de Ex y había un comentario mío que jamás escribí. ¿Por qué? ¿Qué le pasa a la gente? ¿Qué lleva a una persona a robar la clave de "un tal Prats" y comentar una estupidez intentando imitarme? ¿Cuál es el "peligro Prats"? Por lo visto es alguien que me conoce, que me ha venido siguiendo. No me importa. Por suerte, Ex entendió y lo calló de una, le sacó la máscara. Nadie puede imitar a Prats. Nadie está a la altura.
Este territorio nació como un experimento. Creo que todos los blogs surgieron por esa necesidad de jugar con las posibilidades que las nuevas tecnologías nos dieron. Una manera de crear comunidades de diálogo, de ideas. Algunos se molestan porque Prats existe. Porque Prats tiene groupies o dice tenerlas, o nosé, quizás porque genera algo. Nunca moderé los comentarios. Acá, mis visitantes (que no son muchos pero son más de los que creía) se pueden expresar con total libertad. Creo que somos maduros para tratar de entendernos, para jugar, para divertirnos, porque todo experimento, de algún modo, es un juego, una deconstrucción de lo establecido.
Este territorio --digo-- nació como un experimento. Y hubo muchas personas que lo entendieron: entre ellas Ex, Old Girl, Pol Capillas, Julia, Luciernagaa, LaChica, Naoko, la recién incorporada Sol (menciono las que alguna vez firmaron y tienen blog), y tantos anónimos que se daban a conocer de algún modo y formaban, como alguna vez dije, una suerte de Banda del Golden Rocket. Esta mañana casi pensé en cerrar este blog. No me gusta que alguien firme con mi nombre. Uno: porque escribe mal. Dos: porque me aburre.
Al principio, A. Prats fue un misterio. Que hubiera seguido siendo, pero lecturas de un viernes por la noche y una cantidad de indicios lo develaron. Hoy, Prats es un mito.

16 marzo 2007

¿Cuándo escribiré fin?

1.
Hace meses que no escribo ni una línea. Tengo la historia en la cabeza, las cuatro partes delineadas (claro, siempre faltan detalles, una resolución lógica de las situaciones), los finales de cada una para que todo cierre, para decir eso que quiero. Pero no me puedo sentar y hacerlo. No puedo tener dos horas (para corregir, releer y continuar con ese tono) y otras cuatro (o lo que sean) para escribir durante la noche hasta el amanecer. Pero ayer, mientras caminaba por Villa Urquiza, un día gris, se me ocurrió un nuevo personaje, una nueva situación. Algo que faltaba. Una pieza. Es eso. Eso necesita el personaje (secundario, éste) para irse de un portazo de esa fiesta. Algo que lo haga cambiar, para siempre.
2.
Acabo de bajar al archivo. Ese lugar frío, gris (todos diarios viejos, esas voces), me interesa. No sé si lo dije alguna vez, pero me encanta guardar papeles inservibles (o no). Tengo un espíritu cartonero. De chico guardaba los papeles de ingeniería de las carpetas de mi padre. No sé qué me gustaba de ellos. Quizás la letra de él (años después se la copié). Desde siempre (todavía las tengo) guardé las revistas pseudo científicas (Conozca Más, Muy interesante) porque deliraba con esas historias (excavaciones en Egipto, ¿existen los extraterrestres?). Y aún deliro. ¿A qué viene todo esto? Archivo. Voces. Paso las páginas y leo las noticias de otra época. Me gusta.
3.
Me propuse avanzar con la novela este domingo. Todo el domingo dedicado a ella.
Quiero escribir: fin.

13 marzo 2007

Procesos

Me invita a su casa. Pablo Ramos vive (todavía) en La Paternal. La idea es hablar un rato de literatura, de Arsenal de Sarandí, de la vida. Primero lo veo por la ventana, está de pie frente a su computadora. Me reconoce y abre la puerta de calle. Dice que deje el bolso y que lo acompañe a comprar unas galletas. En el almacén pide fiado, también pide unas naranjas y mientras habla con la chica que atiende, me dice que le encanta el barrio, donde todavía confían en la palabra de uno. Ponemos el agua para el mate y me muestra la casa, un patio donde hay una bolsa de boxeo, una mini batería del hijo más chico y una camilla con pesas. Hace diez años que pudo comprarla. Recuerda las veces que, ya casi a los treinta años, dormía en la calle y no podía dejar de "delirar". Me cuenta una historia que podría ser otra novela (todas sus novelas, todas las historias que se cuentan no pueden ser otra cosa mas que historias de la vida de uno mismo, dice) sobre cómo empezó a trabajar como electricista (o lo que fuera) y conoció al que instalaría los supermercados Disco durante la década menemista. Pablo pensaba en no delirarla más. Pero la deliró. Pudo comprar esa casa, otra para sus hijos. Y vivir. Hoy se dedica a la literatura. Todo el día. Piensa. Escribe. Piensa. En una pequeña sala de la casa tiene un cementerio. Así lo llama. Máquinas de escribir rotas, tiradas por el piso. Dice que le gusta el sonido de las teclas mientras escribe, le gusta el olor a la tinta recién sellada en el papel, y tener que corregir con Liquid Paper. Y luego pasar a computadora esos "manuscritos". Dice que la computadora es un peligro. Demasiado silenciosa, dice, demasiado prolija, dice, demasiado parecida a la edición del libro. Y al texto, para corregirlo, hay que faltarle el respeto. Corregir es destruir el texto.

12 marzo 2007

What does Marsellus Wallace Look Like

Samuel Jackson dice el texto “What does Marsellus Wallace Look Like”, de la película Pulp Fiction,

y las tipografías hacen el resto.

07 marzo 2007

Quién pudiera ser Marilyn Monroe

(Septiembre, 2006)
Si se lo propusiera podría ser una chica Almodóvar. Obvio. Tiene el charme de una estrella de cine y la espalda de un barrabrava. Ella, a pesar del pelo castaño, adoraría que se la pudiera comparar con esa mujer, pero no es posible: no se parece en nada a Marilyn Monroe aunque a mitad de la noche cante un "Happy birthday, Mr. President", susurrado al micrófono con esa voz de locutor (egresado del ISER) desgarrada por cigarrillos negros. Ella (o él, eso no importa) es Naty Menstrual y ésta, un sábado a la medianoche en el bar La Cubana, es la presentación en vivo de sus poesías travestidas. Son textos de mugre, de amor a la vida y de horror, de insultos a la madre pero a la vez de agradecimiento "por hacerme puto", dirá Naty, como la llaman todos los que golpean la cortina de chapa de este ¿bar? ¿reducto clandestino? en una oscura cuadra de Humberto Primo, a metros de la autopista. ¿Dónde queda La Cubana? Ninguna inscripción, ningún cartel en su fachada lo indica. Sólo algunos saben y sólo algunos llegan, de a poco, hombres que rozan los 50, borrachos, con bigotes de actores porno de los 70 y también chicos modernos y chicas aún más modernas, y más chicos y chicas que quisieran serlo. No somos más de veinte los que estamos sentados en sillas plegables, rodeados de ambientación kitsch (teléfono recubierto de un símil leopardo y fotos de Marilyn Monroe por todas partes, junto a flores de papel y preservativos) y atendidos, desde luego, por una cubana menuda de labios carnosos, vestido a lunares blancos y dolor de cabeza. "Pasen chicos, pasen, que hay un perchero para dejar el pantalón", bromeará Naty. Y antes de irse a cambiar comentará que le gustaría recitar poesía acompañada por un bandoneón porque su sonido es como un lamento "y así son mis textos". Entonces llega el músico (el dandy Alvy Singer) y, tras la tela que separa el salón de la cocina, aparece Naty, que cambió su saco oscuro y su pollera corta por un largo vestido de fiesta. Ella sube al rectángulo de madera que tiene como escenario y, en medio de las melodías de la guitarra de Alvy, se despacha: "Morir linda/ morir joven/ morir tersa/ antes que el deterioro de la vejez/ se derrumbe en mi piel/ pulverice los huesos/ debilite mis vértebras/ morir salvada del alzheimer/ del reuma/ del pami/ de la soledad/ del desamor".

05 marzo 2007

Crónicas Prats

Universos y gurúes
(Julio, 2005)
Es el capricho del empresario, bautizado "Faena Hotel & Universe". Es el diseño de la mega estrella del diseño internacional Philippe Starck. Y es, también, el sonido de ellos, los músicos de rock, lejos del barro y cerca de los sofás capitoné tapizados en cuero rojo y las modelos de quién-sabe-qué-agencia. Son las figuras de la música nacional que vienen a tocar, como súbditos o invitados de su rey amigo, los temas que hicieron historia. Un harén de artistas en pose de divos rodea a Faena. Son Fito Páez, Charly García, Gustavo Cerati, Iván Noble, Luis Ortega y chicas y agentes de relaciones públicas y ciento cuarenta personas que no dejan de saludarse como en una fiestita íntima y privada. El de este miércoles es otro de los caprichos del empresario: la presentación de Luis Alberto Spinetta, el gurú metafísico de la otra música. Así es la vida en el universo Faena, en los suburbios sofisticados de Puerto Madero Este, en un lugar donde se acumulan las alfombras rojas, los restaurantes con unicornios en las paredes y los baños con plateados grifos-cisnes.
Alan Faena acaba de cenar con el clan Ortega en el living. Y llegan los actores de reparto: los hermanos Nicolás y Gastón Pauls, el ex raportero Fena Della Maggiora, Virginia, la rubia de Bandana que intenta una desintoxicación de pop y otros eclécticos que tampoco harán historia. Entonces, las luces se apagan y se corre el telón: es un lánguido Spinetta, de pie en un pequeño escenario, entre los platillos de la batería y su corbata de rock star (fea como las corbatas de rock star), quien interpreta un stand up entre sus canciones: imita personajes de la política argentina, cambia la voz y declara cosas como: "Estamos tratando de tocar mejor, para que la música no caiga en estos pozos como en los que está cayendo". Y Spinetta, con esa voz de algodón, concluye diciendo que se inmolaría, pero aclara: "de manera simbólica".¿Serán estos símbolos, acaso, sentados en sillones atildados, los que escondieron el rock nacional dentro de un pozo? ¿O quizás el pozo es sinónimo del escote de una modelo, el fondo de una pileta o una voluptuosa suite de hotel?