29 enero 2007

“Yo quería ser caprichoso”

Es uruguayo, performer, artista visual, cantante y escritor. Es petiso, el pelo largo (¿rastas?) y los ojos le brillan como a un chico cuando descubre el mundo. Se llama Dani Umpi y en un bar de Buenos Aires abre su valija y pregunta: ¿qué quieren que me ponga para las fotos? Las opciones son dos: un buzo rosa o una remera de fútbol americano. Umpi elige la remera, va al baño, se cambia: ya está listo para la sesión.

Flash: Dani Umpi se mueve el pelo y posa frente a la cámara en las escaleras del monumento de Plaza San Martín. Flash: encuentra un vasito de helado en el suelo y sonríe. Flash: elige otro lugar de la plaza lleno de flores y juega metido entre ellas. Flash. Sentados en el bar, él explica que Dani Umpi es una síntesis de su nombre (Daniel Umpiérrez) y a la vez una exageración porque ese “personaje” es mucho más histriónico de lo que en verdad es y convierte los supuestos defectos en virtudes. “Me gusta posar como un divo cuando soy una antiestrella”, dice. “Me interesa el artificio y así también cuando canto: me gusta ser artificioso y falso, por eso canto sobre pistas grabadas o en un escenario grande me acompaña una banda falsa de señoras que hacen que tocan. Es ficcionarse a uno mismo, reinventarse”, dice Umpi, 32 años, una adolescencia en Tacuarembó entre la biblioteca, el cine club y la televisión.
Acaba de publicar su tercera novela Sólo te quiero como amigo (Interzona), luego de Aún soltera (Eloísa Cartonera, 2003) y Miss Tacuarembó (Interzona, 2004). Esta vez, la historia del derrumbe de una relación gay.

Es tu primera novela donde el protagonista es gay, ¿necesitabas ese tiempo para tratar el tema?
Creo que ésta es una novela engañosamente gay, porque el personaje es gay pero a la vez homofóbico con el estereotipo gay. Es una novela deserotizada y en ella tampoco hay problemática gay, no hay discriminación, por ejemplo. Además no creo que se pueda hablar de “literatura gay” como género. Hay algo de la cultura Queer que nunca logro entender: cómo una sexualidad puede crear una cultura. Cómo es posible que un gay español, de clase alta, tenga los mismos códigos que un gay de una villa de Buenos Aires, que le gusten las mismas cosas, que se vistan igual, ¡y piensen igual!
¿Con qué aspectos del personaje te identificas?
Comparto muchos de sus prejuicios, pero es una cosa interna de ser gay y no soportar las cosas de gay (Ríe). Y ahí soy muy injusto, ignorante y prejuicioso.
¿Y qué cosas te influyen?
Las charlas por teléfono, los problemas de mis amigas con los novios. Ahí encuentro un mundo cerrado, encuentro códigos. También la influencia de la televisión en las relaciones personales. Por ejemplo, un adolescente que crece mirando los programas de Cris Morena y cuando lo deja su pareja sabe cómo reaccionar, qué tiene que decir. O la regla general de las relaciones: “no lo llames por una semana y vas a ver que vuelve”. Y lo peor es que sí, vuelve. Eso me mata.
En cada una de tus novelas se percibe una particular arquitectura narrativa, ¿cómo trabajaste en este caso?
Me interesaba el discurso mental, el pensamiento del personaje que va y vuelve todo el tiempo, donde una idea se encadena a la otra. Formalmente soy muy obsesivo. Me seduce mucho la estructura. En las novelas anteriores me hacía esquemas y era muy rígido. A veces dicen que lo mío es “futurista” o moderno, pero yo lo veo clásico. Para mí el texto tiene que estar bien escrito.
¿Qué tipo de artista te interesa?
Aquellos que tienen marcas de cualquier tipo, puede ser desde un Stephen King hasta una Gabriela Bejerman. Todos los que tienen un universo definido. En un escenario, yo no quiero ver a alguien como yo, quiero ver una estrella que me lleve a otro mundo, sea Marilyn Manson o Xuxa. Y en los escritores me gusta cuando tienen personalidad. Me gusta encandilarme con los escritores. Idolatro a César Aira, porque a la gente obsesiva como yo le da todo: un libro por año, o dos o tres. Y eso me encanta: la angurria fetichista.
¿Pero podés tener una mirada crítica sobre la obra de un artista que idolatrás?
No puedo. A veces publican un libro que “no daba”, pero igual me gusta. Soy medio adolescente, porque la adolescencia tiene eso del extremo, del fanatismo.
Acabas de publicar una novela, editaste tu disco “Perfecto” (Secsy Discos, 2004), ¿por qué dejaste un poco de lado las artes plásticas?
En un momento, mi parte musical la tomaba como una obra (plástica), porque empecé a tener fans y yo los visitaba, les sacaba fotos, escribíamos cuadernos de viajero. Pensaba que con eso iba a hacer una obra. Pero me di cuenta que era algo íntimo que compartía con otra gente y no quise continuar. Cuando empecé a hacer música descubrí un lugar de libertad sin los vicios de las artes plásticas. Por ejemplo tener que justificar todo, que todo tenga un soporte teórico. Eso no me interesaba: yo quería ser caprichoso.
Todas tus novelas tienen alguna referencia a la cultura pop, por ejemplo en Miss Tacuarembó incluís fragmentos de canciones de Rafaela Carrá. ¿Cuánto de nostalgia hay en eso?
No creo que sea tanto. El hecho de que tenga algo de la cultura pop no quiere decir que sea una obra pop. Por que si ahora estoy viendo una botella de Pepsi y la reproduzco, alguien puede decir que lo que hago es pop, pero en realidad estoy reproduciendo un momento. Y hay elementos que forman parte de uno y dicen cosas.
¿Sos una persona nostálgica?
Se me agota rápido. Soy muy frívolo y medio snob. Me fascina mucho lo nuevo. La novedad me deslumbra mucho más que la nostalgia.
Tuviste muchísimos trabajos, desde hacer fotos sociales a trabajar en una casa de cambio, ¿pensabas cómo iba a ser tu futuro?
No, no tengo mucha proyección.
¿No soñás?
Los míos son sueños precarios: tener un departamento donde pueda vivir y tener tiempo. No sueño mucho, estoy muy atado al presente y eso está mal porque no puedo encarar una carrera o una pareja…
¿Hay poesía viviendo en el presente?

Lo cotidiano tiene mucha poesía. Me deslumbra. Soy muy chusma, escucho lo que dicen los vecinos, a los que hablan en el colectivo. Me encantan las formas, los gestos y los rituales. Me gusta el entorno, pero no desde otro lugar sino vivido desde ahí. Soy colgado, y eso tiene poética.

pd. DANI UMPI EN EL CICLO "Lecturas en el Jardín" El viernes 2 de febrero, a las 19 hs, en el Jardín Botánico de la Ciudad de Buenos Aires, Dani Umpi (autor de Sólo te quiero como amigo, Aún soltera y Miss Tacuarembó) leerá textos de su producción literaria y luego responderá preguntas de Damián Ríos y del público. La actividad es gratuita. HABRÁ SORPRESAS.

27 enero 2007

El tema que puede cambiarte la vida


No voy a hablar de María Antonieta, de nuestra querida Sofía Coppola. Quizás mañana, después de lo que diga hoy en radio, postee mis ideas sobre el filme. Quiero hablar de la banda de sonido de la película Garden State. Pueden fijarse y escuchar algo en este sitio (Ex: si clickea en wm100, el reproductor de Windows Media lo abre directamente y puede escuchar unos segundos). Recomiendo a la banda The Shins y su Caring Is Creepy, porque es un gran tema. Y el siguiente de esta banda, que según Natalie Portman (y quizás tenga razón) es un tema que puede cambiarte la vida: New slang. Gracias Ati, porque me lo pasó, y cada vez que quiero cambiar mi humor encuentro este disco, y pongo estos temas. Disfrute también los tracks de Nick Drake, Zero 7 o Colin Hay. Si no conoce la película clickee aquí.
Más allá de que me encante Natalie Portman desde que la vi en El perfecto asesino. ¿Quién no?

24 enero 2007

Maestro


Todos alguna vez quisimos imitarlo. Todos los que nos dedicamos a esto (a este oficio que no es para cínicos) quisimos seguir sus pasos en alguna crónica, y en alguna de esas coberturas aspiramos a implementar todo aquello que delineaban sus palabras, esas ideas vertidas en libros y experiencias que conmovían, que eran a la vez una aventura y el retrato de un mundo que podía ser tan emocionante como terrible. Hoy me llega un mail: "El periodista polaco Ryszard Kapuscinski, que llevó la crónica al rango de género literario y a través de ella hizo visible infinidad de acontecimientos políticos en países del Tercer Mundo, falleció ayer a los 74 años en Varsovia. Kapuscinski, que había fijado en esa ciudad su residencia hacía algunos años -en la que continuaba escribiendo a diario-, no se recuperó de la intervención quirúrgica a la que había sido sometido el sábado pasado, a raíz del cáncer que padecía." Recuerdo lo que decía Ignacio Ramonet en junio de 2005, luego de asistir a la ceremonia donde la Universidad Ramon Llull de Barcelona nombraba a Kapuscinski doctor honoris causa: "Para los que nos dedicamos a esto del periodismo escrito, Kapuscinski resulta un indiscutible maestro. Más: un modelo. Ante todo porque sus reportajes nos recuerdan siempre que, en la base de este oficio imposible, está la escritura, la calidad del estilo, la creatividad narrativa. Lo que nos seduce en sus textos -hoy reunidos en libros como La guerra del fútbol, Emperador, Sha, Imperio, Ébano o la antología con los pensamientos de Kapuscinski que se titula: El mundo de hoy.- es esa capacidad suya a dar a entender al lector toda una complicada situación política, en un país lejano, mediante la descripción de sus experiencias personales, en situaciones casi banales. Su capacidad de sugerencia es tal que escenas que no parecen tener una relación directa con la problemática política acaban siendo mucho más útiles al lector porque le ayudan a comprender la atmósfera de una crisis." En esa oportunidad, el decano Miquel Tresseras recordó que el periodista polaco había cubierto «veintisiete revoluciones en una docena de países». Quizá otros reporteros lo hayan hecho también, pero lo que se puede afirmar es que sólo Ryszard Kapuscinski ha elevado el reportaje a la categoría de obra de arte.
También fue en junio de 2005. Recuerdo que fue un sábado en el que yo no tenía por qué estar en la redacción, pero estaba. Y allí me entero de que había muerto otro maestro: el escritor Juan José Saer. Ansiaba poder conocerlo. A medida que hablábamos con nuestra corresponsal en París recordaba cada uno de sus libros que había leído. Aquel día tuve que formar parte de la producción de esa nota. En mis ojos no se veían lágrimas, pero ellas estaban ahí, invisibles. Y agradecí poder formar parte de esos pocos que intentaban explicar quién había sido Saer. Ese era mi homenaje.
Como todos estos días en que estoy de vacaciones, hoy no iba a leer los diarios. No tenía intenciones de enterarme de nada porque a veces uno necesita dejar de lado esa actualidad (con la que vivimos cada día como forma de presión) para reencontrarme. Y sin embargo abrí los mails. Y sin embargo leí los diarios. Ansiaba también, en algún viaje o seminario, poder conocerlo personalmente. Hoy no me toca estar en la redacción pero éste, de algún modo, es mi homenaje. No veo lágrimas, pero están.

22 enero 2007

Cada lunes

Cada lunes recibo una llamada en mi celular. Siempre a las dos de la madrugada. Las primeras veces me encontraba dormido pero ahora no. Necesito escuchar el sonido de mi aparato en la mesa de luz y atender, en la oscuridad de mi habitación, mis ojos en el balcón y en la noche, ese llamado. Aquellos primeros lunes, me angustiaba, atendía preocupado, quizás mamá o mis hermanos habrían tenido un accidente. Creo que recién al tercer lunes atendí con normalidad. Siempre es ella, Sofía, que dice mi nombre y pregunta cómo me siento. Respondo que intento suicidarme con una cuchara. Ella ríe. Casi siempre hago la misma broma y casi siempre la escucho reírse. Sofía dice que se siente bien, que intenta olvidarme pero que no puede.
Siempre hablamos veinte minutos, quizás un poco más. Y por momentos escucho sonidos detrás de ella. Voces de hombres, imagino que cada lunes es uno diferente. A medida que la conversación avanza, ella comienza a inquietarse, la escucho que se agita y respira con dificultad. Minutos que sólo son palabras mías, sólo recuerdos, anécdotas. Siento su respiración, y luego de un tiempo sus palabras entrecortadas. Le digo que se tranquilice, que la vida sigue. Pero ella grita y dice mi nombre en un susurro. Es entonces cuando corta, sin decir nada más, la comunicación.
Cada lunes espero su llamada. Y aguardo sus gritos de placer.

18 enero 2007

Ventana




“Hay que abrir de par en par las ventanas y tirar todo a la calle, pero sobre todo hay que tirar también la ventana, y nosotros con ella. Es la muerte o salir volando”


Julio Cortázar

17 enero 2007

La zona

foto: La infancia de Iván, 1962.


3 de septiembre, 1970

También siento pena por esos llamados artistas, poetas y escritores que sienten que no pueden trabajar, pero de lo que hablan no es de trabajar sino de ganar.

Uno no necesita demasiado para ser capaz de vivir. Lo más importante es poder ser libre en tu trabajo. Por supuesto que es importante poder filmar y exhibir, pero si eso no es posible todavía te queda el asunto más importante de todos: ser capaz de trabajar sin pedirle permiso a nadie.

Si un escritor desprecia sus dones naturales dejando de escribir porque nadie lo va a publicar, entonces no es un escritor. El artista se caracteriza por su urgencia de crear, que por definición es un acompañante del talento.


(de los diarios del director ruso)

16 enero 2007

rock trip

Me encanta tener groupies.
Julia dijo...
el nuestro es un sitio web de cultura,
pero de cultura rock, hecho por pibes q viven acá a la vuelta,
así q podés recomendarlo, no?
Deambule. Delire. Disfrute.
Recomendado Prats: www.elsilenciorock.com.ar
pd. Para que no se me ofenda la gente de alemania, transite también por spex
Y para que Hunter Thompson no baje del cielo con la cara destrozada por el escopetazo, inevitable

i-D




Dicen que el rostro que aparece en los carteles de "viva la ciudad", sí, ese vadentro de la estrella amarilla no es Annie Lennox sino que lo sacaron de una tapa de I-D, del 50 aniversario. ¿Será?
Prometo parar con las revistas e irme a mi balcón a descansar.

trip: un viaje



Hace un par de semanas, mi amigo Jacob trajo de San Pablo una revista brasileña en papel, que yo leía de vez en cuando por internet: Trip. Casi tan enorme como nuestra Big Kulo (o no, nada puede ser tan grande como nuestra Big Kulo) encontré un par de ideas interesantes. El sitio tiene secciones y notas excelentes. Lea la nota a Arthur Verissimo (jornalista gozo) y el verdadero periodista gonzo (y el mais grande) Hunter Thompson.


En el número 149, el editor Paulo Lima (nada que ver con el realismo visceral de Ulises Lima) decía:

"Esta edição da Trip inaugura a segunda fase deste projeto, orgulhosa por ter concluído a primeira que, entre outras coisas, ajudou a tornar a reflexão sobre o que é felicidade e sobre a necessidade de nos reequilibrarmos sobre este planeta, algo absolutamente presente nos mais diferentes tipos de rodas, ambientes, meios de comunicação, fóruns de debates e cérebros. E, nesta segunda fase, nossa pretensão é de aprofundar ainda mais, revisitando e revolvendo até as vísceras os temas propostos em 2005, porém de forma mais livre, mais vertical e ainda mais solta e divertida. Nossa missão nunca esteve tão clara e transparente e é a ela que nos entregaremos com total e absoluta inteireza.E, para começar, vamos buscar na sociedade brasileira os notáveis que, em muitos casos, décadas antes deste modesto veículo já vislumbravam o todo ou parte desta nossa mesma tese e que dedicaram e dedicam a maior e melhor parte de suas vidas a fomentar a reflexão e a prática das mesmas buscas."


Algo de eso también intenta ysimenieganelblog.


Deambule.
Algunos chicos, sabrán agradecerme. Y las chicas, también.
Bonus track: Algunas de las mejores revistas de cultura (pop o no) que puedenencontrarse en la web:
Village Voice, Zona de Obras, Bulgaria (buena mag de diseño y más), Canecalón, Salon, The New Yorker, Q (ahora puede ver algo del Festival de Glastonbury) y hay +, pero estoy de vacaciones y no quiero pasarme mis días frente a una computadora.
Deambule. Disfrute.

15 enero 2007

Sólo luz


A Raúl Carnota no le interesaba aparentar nada. Aquella tarde, en su alargado departamento de la avenida Caseros, Carnota escuchaba un tema de Gwen Stefani (ex cantante del grupo No Doubt) con el dial clavado en la radio Kabul (FM 107.9). Caminaba desarticulado, con su largo pelo de vikingo y su rostro de aires piazzolianos hasta la cocina.
Ayer (domingo) escuchaba Sólo luz, el último tema del disco Lumbre (gran tema, gran versión, gran disco), de Mariana Baraj, que pertenece a Raúl, y me acordé de la charla que tuvimos ese día.

Siempre te preguntan sobre el folclore, si te sentís folclorista o no.
Ser folclorista es como ser rockero o tanguero. Yo no soy ni folclorista, ni rockero, ni tanguero, ni jazzero. A mí me gusta la música: me gusta toda la música. Además, acá se cree que folclore es la música del campo, y no es así. Porque la otra música también es folclore, pero esa se llama tango, milonga o candombe. No sé muy bien cómo será eso de ser folclorista, porque yo no soy folclorista entonces no te puedo decir. Pero me parece más una limitación que una amplitud.

¿Necesitás arriesgarte en cada proceso en el que te embarcas?
No lo necesito, creo que es inherente a ser artista.

Hay gente que no arriesga nada.
Hay gente que no arriesga nada porque están en el negocio del espectáculo pero no son artistas. Muchas veces se confunde el negocio del espectáculo o el negocio del arte con el arte. El arte es trabajar sin pensar, incluso sin saber si les va a gustar o no, si te van a tirar naranjas o te van a aplaudir. Vos no sabés nada cuando lo hacés, y tampoco tenés que frenarte de hacer cosas por ser rechazado. Lo que pasa es que ahora todo se hace con marketing. Dios es el dinero, entonces todos creen nada más que en ese Dios: son monoteístas. Y yo creo en otra cosa. Ojo, uso el dinero para vivir. Sería maravilloso que a mí me pasara como le pasa a Peter Gabriel o a Sting, que sin sacrificar nada son populares. Bueno, a mí me encantaría que me sucediera algo así, pero no estoy para nada dispuesto a negociar nada. Me encantaría que sucediera, pero por eso no sacrificaría lo que yo opino o lo que yo hago. Ni lo voy a cambiar, ni nada. Esa es mi postura y no quiero decir que todo el mundo tendría que tener mi postura, es la mía. Y a nadie le tengo que hacer ningún reclamo. Yo soy exigente conmigo, el resto que haga lo que quiera. Cada uno es responsable de sí mismo. Como hombre, como artista, como integrante de una sociedad, como todo. Cada uno tiene un rol.

El tema sería que no te caguen los otros, porque de alguna manera pueden hacerlo.
¿Y cómo me pueden cagar a mí? Con las regalías. Toda la vida me cagaron con las regalías. Y más cuando estuve en las multinacionales. Incluso con las discográficas argentinas me cagaron. Pero ellos se dedican a eso, de eso viven: cagan a la gente. Yo vivo de lo que hago. Es lo mismo que los que salen a robar: salen a robar porque no tienen. Entonces que a mí me roben un tema puede ser, pero me lo va a robar un tipo que no es capaz de hacerlo.

12 enero 2007

Prats escucha








Hoy me desperté con una extraña seguidilla de música (Keith Jarret, Thelonious Monk y The Libertines), me compré la biografía de Duchamp escrita por Calvin Tomkins y almorcé en Piola escuchando las conversaciones y los puteríos de los oficinistas. Después terminé en mi dvd center adquiriendo la segunda temporada de Lost, que ya empecé a ver el primer capítulo. Puede ser que el guión (al menos de este primer capítulo) sea inverosímil (¿qué no es inverosímil en esa serie?), pero ¿te fijaste la construcción del suspenso de esa serie? Me encanta.
Hago cuentas. En mi primer día de vacaciones gasté, (¿ysimeibaabrasil?)

11 enero 2007

Janis Joplin

"When I cannot sing my heart
I can only speak my mind"
1.
El lunes estaba sentado en mi balcón, cerveza, música (de seguro sonaban The Libertines) y aire. Imaginé que enfrente mío estaba sentada Janis Joplin. Imaginé que me acercaba, que ella se quedaba callada y yo le intentaba dar un beso. No, decía entonces ella y miraba el suelo, la calle, los autos desorientados a mitad de la noche. Ella miraba el aire. Quise caer. Girondo alguna vez lo escribió: "Abandoné las sombras,/ las espesas paredes,/ los ruidos familiares,/ la amistad de los libros,/ el tabaco, las plumas,/ los secos cielorrasos;/ para salir volando,/ desesperadamente."
2.
Hace unos años escribí un cuento sobre Janis Joplin. O no sé si era sobre ella, sobre su voz, sus inquietudes y amarguras pintadas con esa voz de rock hiriente. La historia del texto era simple: chico (yo) que iba al cumpleaños de una amiga (ella es de Neuquén) en su departamento de la calle Boulogne Sur Mer o San Luis, o alguna de esas calles que están entre Facultad de Medicina y la avenida Corrientes (cero Abasto y más Once). Mi amiga (la del personaje, un tal Prats) tenía el poster de Janis Joplin en la pared. Y mientras tomábamos una cerveza (de esas cervezas en vaso de plástico, que siempre están un poco calientes pero también felices) me contaba sobre la viejita que vivía en el departamento junto al de ella. Una anciana simpática y sin dientes que nunca se quejaba por los ruidos molestos, la música alta o los gritos, que en la casa de mi amiga se escuchaban todas las noches (o casi). El final del texto contaba cómo, luego de ¿comer? ¿beber? ¿tragar? una gelatina de frutilla preparada con vodka o gin o lo que sea, yo comenzaba a delirar y la viejita se me aparecía en la habitación de mi amiga (desnuda, sin dientes) y teníamos sexo en la cama cucheta (en la de abajo) de mi amiga neuquina. A la mañana siguiente, la viejita en realidad era Janis Joplin, que me despertaba porque había resucitado y comenzaba a interpretar una canción suya con una guitarra criolla.
Ese era (es) el cuento.
3.
Ayer volví a encontrarme con Janis, o no sé si era Janis, pero de seguro le había robado el espíritu a la Joplin. Janis, esta vez, me hablaba y me susurraba: quiero desafiarte a un partido de pool. Acepté. Fuimos a un reducto de mala muerte que ella conocía. Compramos una cerveza, una ficha y comenzamos a jugar. Ella me preguntó qué apostamos. Ella pidió un post en el blog. Yo, un beso. Le dije que no se dejara ganar. Ella sonrió. Hacía muchos años que yo no jugaba, pero la cerveza ayudaba (como ayuda siempre) a enfocarte en un punto y disparar la blanca en un viaje sinuoso hasta la rayada verde (ella había metido una lisa en su primer movimiento). Y fue un momento en el que el aire se detuvo, las miradas de los que estaban ahí se perdieron en nosotros y una naranja (lisa) enloqueció para meter, sin más, a la negra en el hoyo que estaba a mi izquierda. Gané. Ella quiso que yo cobrara mi premio. Pero le dije que no, que era demasiado pronto, que el premio lo iba a cobrar cuando yo quisiera.
Y así fue.

09 enero 2007

Por la carretera...

Hace un tiempo, Alfredo Olivera y los internos de Radio La Colifata me dieron la grabación de una entrevista que le hicieron a Manu Chao en su casa de Barcelona. Hace unos días volví a escucharla.

Se conoce tu aspecto solidario con la gente, ¿esto por qué lo haces, por solidaridad o porque es necesario?

MANU CHAO: Sabes, hay gente que me considera solidario y otra que no me considera solidario para nada. Hay mucha gente que critica y piensa que no hago lo suficiente. Y yo pienso que nunca hago lo suficiente. Siempre puedes hacer más. Pero creo que cada día es un día. Y en el mundo en que vivimos, tan complicado, creo que ahora mi filosofía de vida va por ahí: cada día es un día. Y la primera revolución es la de cada uno, y cada noche acostarse con la consciencia tranquila de haber hecho lo mejor posible cada día, de no haber pisado a nadie y ya. Si todo el mundo hiciera eso serían miles y miles de pequeñas revoluciones que acabarían en una gran revolución. Pero también por qué hago eso, por qué no lo hago, también a mí me desborda. Creo que es una pelea de cada día. Y cada día pues hacer lo máximo que puedes hacer con la gente, para ayudar donde tienes que ayudar, estar donde tienes que estar. Para que te ayuden si necesitas ayuda. Y por eso vivimos todos juntos.

08 enero 2007

Groupies

Fue hace unos meses. Morrison (mi cactus) me susurraba al oído: fundemos un club, fundemos un club. Nunca le hago caso a Morrison (¿acaso debería escucharlo más?) pero me dije que quizás Prats se lo merecía. Incluso tenía el nombre del Club de Groupies de A. Prats, que iba a ser: "¡No soy Pynchon!" No puedo decir que las solicitudes de ingreso hayan hecho colapsar mi casilla de correo (agustinprats@gmail.com), pero tampoco que no recibí ninguna. Recuerdo una: "¡Holaaa Prats! Quiero formar parte", decía un mensaje en el asunto. La chica que firmaba se hacía llamar Lolita. Conozco alguna que otra Lola, pero descarté la posibilidad de que fuese ella.
Con este post sólo quiero ofrecer mi visión del ya mítico Club de Groupies de Prats, por el que recibo muchísimos mensajes en contra. A partir del comentario (que pueden leer aquí) que transcribo a continuación (uno de los mensajes más interesantes y divertidos que se recibieron en la historia de ysimenieganelblog) se me ocurrió no sólo tener un Club de Groupies (¡No soy Pynchon!) sino también tener el AntiClub de Groupies de Prats (¡No soy Aira!).
pd. Debo decir que en ninguno de los dos se venera la figura de Prats sino el totem pagano de Morrison, que viene a ser como una de esas esculturas de El Tío que se encuentran en las minas de plata de Potosí.
pd1. Prats sólo es un medium entre Morrison y los mortales.
Lea el "comment" de nuestra querida Old Girl:
Old Girl dijo...
Prats, no sé que le dirá Ex, pero yo quiero opinar sobre esta cuestión que viene dando vueltas y de la que todos hablan: su club de groupies. Este concepto implica al ídolo (del griego eidolon) y los fans (del griego mmmm...). Digamos que esto es una teoría menor,cool o superflua depende quién la observe, desgajada de la gran teoría del amo y el esclavo, la cual concluyó Hegel de la siguiente manera: "la verdad del amo es el esclavo". Ud. va a dejar en manos de sus groupies la verdad de Prats, la gran verdad de Agustín Prats? Yo lo pensaría y desde ya le digo, no alistándome, contribuyo a preservat su verdad, sea cual sea camarada Prats. Y esto no es otra cosa, que velar por su integridad onto-teleológica.Es por eso que yo no soy groupie y detesto la porra, el salto vano por el otro, el cantito al son del nombre de otro, el famoso "Diegoo, Diegoo..." por ejemplo, este es un tema que me obsesiona, mire ud. Prats, qué ha sido de ese hombre, la verdad del Diego son esos barras bravas que deforman su nombre, que le ponen un tono a su nombre, indistinguible, pero qué es un nombre, es pura forma, no hay refrente de los nombres, es como un número, pero esos roñosos han logrado que el nombre Diego sí tenga referente: al Diego lo congelaron, de este modo Diego es el referente de /
UD. HA SUPERADO EL Nº MAXIMO DE TIEMPO PARA ESTE MENSAJE, PUEDE MARCAR 1 PARA MAS OPCIONES.
Sexuales? Hola... Hola!!!

04 enero 2007

Rock!

Muchos (Abraxas, Notorious) hablan de la muerte del rock. Pero, ¿puede lograrse una reconfiguración del rock? ¿Qué debería tener? Hay retro, vintage, hay copia y reversión de ab-so-lu-ta-men-te todo. Recuerdo el momento en que surge el "glam" (de la mano de Bowie, en primer lugar): fue la primera rebelión contracultural contra el conformismo hippie y las expectativas de corrección política. Recuerdo lo que era el "plástico" para los hippies post 60 y para el gran David, y lo que decía Warhol en "Mi filosofía de A a B y de B a A" (1975): allí admitía que adoraba el dinero, la fama, la belleza superficial, la televisión, el cotilleo, la perversión sexual y el artificio. Ayer (y hoy) Warhol sería irreverente. En esos años, la contracultura había edificado su conjunto de juicios y obligaciones, delimitaba los "comportamientos correctos". Warhol era irreverente porque rechazaba la autoridad de esos juicios y, además, decía que "la auntenticidad-sinceridad permanente idiotiza. La distancia irónica libera un espacio psicológico que (irónicamente) puede llevar a un mayor crecimiento auténtico.